Sus irregulares vetas blancas, concentradas en mayor o menor medida según la pieza, contrastan con la base negra. Este mármol es idóneo para la decoración de interiores en suelos, paredes, baños o encimeras de cocinas y piezas ornamentales: la combinación del negro con pinceladas blancas resulta perfecta y ofrece un sinfín de adaptaciones estéticas posibles.
